Ya no es novedad que la pandemia mundial del año 2020 nos cambió. Ya sea para bien (o para mal), la mayoría de las personas puede decir que alguna de sus prácticas o hábitos se han modificado y pueden colocar ese año como punto de quiebre en sus vidas. Además, en este escenario, la economía circular comenzó a irrumpir con más fuerza y el marketing ha tenido que transformarse en servicio de estos nuevos cambios.
La nueva forma de ver el mundo, de relacionarse el ser humano con los animales y ecosistemas, reveló que es imperioso cambiar a un nuevo modelo económico que transforme los modelos tradicionales de producción a nuevos procesos más responsables ambientalmente.
Una conciencia más de la índole reflexiva al momento de comprar es la que se está volviendo más popular en ciertos sectores de nuestra sociedad. Lo económico, lo social y lo ambiental son las tres aristas que funcionan como sesgo diferenciador entre un producto y servicio, ya que, si tiene un impacto positivo en cualquiera de uno de ellos, el consumidor comenzará a preferirlos.
El deseo de la sociedad por trabajar en una economía sostenible y en la reducción de residuos que sólo amenazan al ecosistema, es el futuro que la humanidad necesita construir para las próximas generaciones.
Comenzar a redefinir el marketing a través de la economía circular
La o el consumidor verde/ecológico es una persona que por, la información a la cual está expuesto o decide leer, ha adquirido una conciencia ambiental en donde tiene certeza que cada una de sus decisiones, incluidas las de compra, generan un impacto.
En una tendencia de aminorar el consumo excesivo, se busca reciclar y reutilizar lo que utilizamos y optar por marcas que son más responsables en el uso de recursos naturales dentro de su cadena de producción.
Las empresas que nacieron social y medioambientalmente responsables, conocen este nuevo perfil de consumo y recogen, dentro de sus estrategias organizacionales, los valores de sostenibilidad, innovación, creación de productos con campañas de marketing alineadas a estos principios. ¿Y qué es lo que generan tales acciones? Mayor identificación con la marca y, en consecuencia, con el producto.
Alinearse con las nuevas tendencias
El sector empresarial tiene como tarea no sólo identificar las características de su consumidor, sino también el modificar determinadas políticas empresariales para que vayan en sincronía a la economía circular y se garanticen los derechos de las y los trabajadores.
Las estrategias de marketing ahora deben centrarse en promocionar productos responsables con el medioambiente y fomentar un consumo sostenible, para lograr como resultado la fidelización de las y los consumidores como también fortalecer su confianza. En estos momentos ya no sirve el vender por vender, sino que la venta, no es el fin último ya que primero debo crear un vínculo con mi audiencia y que, en el momento de decisión, opte por mi producto o servicio.
Es primordial que el marketing sostenible tenga como principios los criterios de cooperación y colaboración, y que sean comunicados de manera clara y directa a las personas. Optar por un comportamiento más ético en estrategias y campañas, debe estar presente en todas las empresas, incluidas las de marketing, para así llevar a la sociedad a construir un mundo más justo.
El inbound marketing como estrategia estrella
El marketing digital, ahora más que nunca, ha adquirido gran relevancia para comunicar las acciones desarrolladas por las empresas que han comenzado a integrar prácticas más responsables con el medioambiente.
Las redes sociales son hoy en día un canal abierto las 24 horas y transmiten, de manera transparente en la mayoría de los casos, la empresa por dentro y visibilizar las acciones que han tomado para generar un impacto positivo en la sociedad. La cultura corporativa ya no puede pensarse en un texto insertado en una pestaña del sitio web oficial, sino que debe ser algo más dinámico y que pueda ser, de alguna forma, experimentado por las y los consumidores.
Y uno de los objetivos para una planificación estratégica es conocer a la empresa en cada detalle, especialmente los objetivos organizacionales que posean, ya que de éstos se obtendrán los comunicacionales y las acciones a realizar para reafirmar la identidad corporativa y su reputación. Acto seguido, es necesario determinar un plan que identifique al público que se quiere llegar junto los mensajes que se quieren transmitir.
La comunicación ahora es dinámica, resulta transformarse en un diálogo con los comentarios que vemos en las distintas plataformas sociales y es por ello que la participación es clave. La bidireccionalidad de la comunicación es otro factor predominante al momento de diseñar una estrategia porque “los clientes están ahí, hay que entender sus necesidades, escucharlos y proponerle soluciones adaptadas a la nueva realidad; cuando las distancias sociales se imponen, es momento de virar hacia el acercamiento digital porque donde no está, no existe y ahora el mundo digital se impone”1.
El inbound marketing resulta una estrategia ideal para un marketing más sostenible y como una herramienta para que las empresas redefinan su forma de vincularse con sus clientes. No genera situaciones invasivas, sino que crea “experiencias novedosas y contenidos relevantes que animan al usuario a facilitar datos de contacto y gestionar una relación duradera. Ayuda a dirigir el curso y mantenerse enfocado en el contenido de calidad que la empresa tiene para ofrecer. La estrategia a largo plazo deberá atraer, convertir, cerrar y deleitar a la audiencia de una forma que ayude, eduque, sea creíble y genere confianza”3.
Si el marketing sostenible ha sumado al planeta, a las personas y conseguir crecer económicamente sin impactar negativamente en el medioambiente, es clave que la estrategia también interactúe de distinta manera con su audiencia, sin llenarla de correos sólo para vender o con campañas que incentiven principalmente la compra. Puede ser que no veamos los frutos en el corto plazo, pero a la larga, construiremos comunidad con este nuevo tipo de consumidores que ha optado por poner en delantera, hábitos de vida y de compra que resguarden los recursos naturales de nuestra tierra.
Referencias
